¡Inmigrante, Hispano, Protector de los Míos!

Abogado de Inmigración en Estados Unidos

La propuesta de Donald Trump de eliminar la ciudadanía por nacimiento en los Estados Unidos ha generado todo tipo de reacciones. Por un lado, están quienes apoyan la medida en pro de “hacer a América grande de nuevo” (Make America Great Again); por otro, quienes la rechazan, argumentando que se desconocerían derechos de ciudadanía adquiridos por ley. 

En síntesis, esta medida, que busca modificar la Enmienda 14 de la Constitución de EE.UU. al negar la ciudadanía a hijos de padres indocumentados, llega en un momento crítico: la población estadounidense envejece aceleradamente, y la fuerza laboral joven depende cada vez más de los migrantes. Entonces, ¿qué pasaría si Estados Unidos deja de atraer a familias migrantes y reduce su población joven? ¿Cuáles serían las implicaciones para la economía y el futuro del país? 

Recordemos que la Enmienda 14 de la Constitución de EE.UU. establece que cualquier persona nacida dentro del territorio estadounidense es automáticamente ciudadana al nacer, independientemente de la nacionalidad o el estatus migratorio de sus padres. 

Los estadounidenses cada vez se hacen más viejos 

De acuerdo con la Oficina del Censo de los Estados Unidos, la edad promedio del país aumentó 0,2 años, ubicándose en 38.9 años entre 2021 y 2022. En palabras sencillas, esto significa que la mitad de la población se acerca a los 40 años.  

A esto se suma que, según proyecciones del Urban Institute, el número de estadounidenses de 65 años o más se duplicará en los próximos 40 años, alcanzando los 80 millones para 2040. Esto quiere decir que, para ese momento, uno de cada cinco estadounidenses tendrá 65 años o más. 

¿Por qué este panorama debería llamar la atención de la actual administración de los Estados Unidos? El envejecimiento de la población aumenta los costos de atención médica y servicios sociales, lo que podría comprometer seriamente los presupuestos gubernamentales. Además, la reducción de la población joven afectaría el crecimiento económico, ya que habría menos personas en edad laboral para sostener a la población mayor. 

Precisamente, la tasa de natalidad en Estados Unidos alcanzó un mínimo histórico en 2023, con una reducción del 2% en comparación con 2022, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). 

Eliminar la ciudadanía por nacimiento: un riesgo para la economía 

La eliminación de la ciudadanía por nacimiento que impulsa Trump podría ser un golpe sensible para la estabilidad financiera del país, ya que desincentivaría la migración y amenazaría la llegada de mano de obra para impulsar su economía. 

Un informe del Instituto de Política Migratoria (MPI, por sus siglas en inglés) con corte a 2023, señala que los inmigrantes constituyen cerca del 18% (30.6 millones de personas) de la fuerza laboral civil de EE.UU. 

A esto se suma que los inmigrantes y sus hijos nacidos en territorio estadounidense sumaron más de 93 millones de personas en 2024, según cifras del mismo instituto, que implica un aumento de aproximadamente 20 millones desde 2010 y que contribuyen en gran medida al crecimiento de la población.  

Los migrantes son esenciales en sectores clave como la agricultura, la construcción, los servicios y la tecnología. La mayor proporción (38%) trabaja en ocupaciones gerenciales, profesionales y relacionadas; 21% en servicios, 15% en transporte y producción, 14% en ventas y oficinas, y 12% en construcción y mantenimiento. 

Si tomamos como caso de estudio el sector salud, los inmigrantes desempeñan un papel clave en la atención médica: representan el 28,4% de los asistentes en los Estados Unidos, de acuerdo con un análisis del Consejo Americano de Inmigración basado en la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense

Adicionalmente, los inmigrantes indocumentados aportan cantidades significativas para financiar la infraestructura pública, las instituciones y los servicios. Según el Instituto de Impuestos y Política Económica (ITEP, por sus siglas en inglés), en 2022, los inmigrantes indocumentados aportaron 96,700 millones de dólares en impuestos. 

Más allá de un debate político y social 

Hay dos posiciones encontradas en este debate que puso sobre la mesa Donald Trump. Por un lado, los defensores de la propuesta argumentan que se busca controlar la migración irregular y proteger los recursos nacionales. En el otro extremo, están quienes advierten que esta medida podría tener efectos negativos en la economía y perpetuar la discriminación. 

Tan pronto se dio a conocer el decreto, los fiscales generales de 22 estados demandaron la medida. No obstante, la decisión está en manos de la Corte Suprema, a donde la llevó el presidente Trump. Fue el primer día de su segundo mandato cuando firmó el decreto para poner fin a este derecho, pero esa orden fue bloqueada por cortes de distrito federales de Maryland, Massachusetts y el estado de Washington. 

El debate sobre la ciudadanía por nacimiento no solo pone en juego los principios constitucionales de Estados Unidos, sino también su futuro económico y demográfico. En un contexto de envejecimiento poblacional y disminución de la fuerza laboral joven, la migración se ha convertido en un pilar indispensable para sostener el crecimiento y la competitividad del país. Eliminar la ciudadanía por nacimiento podría cerrar las puertas a millones de personas que, históricamente, han contribuido al desarrollo de la nación. 

La pregunta clave que queda en el aire es: ¿cómo equilibrar el control migratorio con la necesidad de mantener una población activa que sostenga el futuro económico de EE.UU.? La respuesta no es sencilla, pero lo que sí es claro es que cualquier decisión en esta materia tendrá repercusiones profundas y duraderas, no solo para los migrantes, sino para el destino mismo del país. 

Comparte este artículo