Durante años, el dinero enviado desde Estados Unidos ha sido para millones de familias mexicanas algo más que un simple ingreso: ha sido un salvavidas, y es que cada depósito mensual se traduce comida en la mesa, colegios pagados, acceso a servicios de salud, entre otros beneficios cuyo esfuerzo es solo conocido por quienes hemos emigrado.
Sin embargo, en 2025, ese flujo que parecía inagotable comenzó a debilitarse. Los datos oficiales que revisaremos en este artículo reflejan una realidad preocupante y es que las remesas hacia México ya no crecen como lo hacían antes y, por primera vez en años, se están desacelerando.
Para entrar en materia, revisemos el Informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre remesas hacia América Latina y el Caribe para el 2025, que reveló que aunque México sigue siendo el mayor receptor de América Latina, ha perdido peso regional y hoy concentra el 35.4 % de todas las del continente, cuando en 2024 su participación era cercana al 41 %, lo que representa 6 puntos porcentuales menos en comparación con el año pasado. A este dato, se suma que el 96 % de las remesas recibidas por el país centroamericano, provienen de EE. UU.
Pero, ¿por qué está ocurriendo esto? El BID señaló varias causas. La primera de ellas es que hay menos inmigrantes mexicanos que están logrando insertarse en el mercado laboral de Estados Unidos, como consecuencia de las políticas migratorias y por lo tanto hay menos empleos estables. Y un segundo motivo es que la propia presión económica en el país ha reducido la capacidad de envío de muchos trabajadores inmigrantes.
Lo que dicen los números sobre la disminución de las remesas
De acuerdo con DataMéxico, la plataforma oficial de la Secretaría de Economía de México, las remesas enviadas desde Estados Unidos hacia México en 2025 han venido variando:
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Primer trimestre: 13.870 millones de dólares.
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Segundo trimestre: 14.905 millones de dólares.
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Tercer trimestre: 15.622 millones de dólares.
Y es que aunque se reporta una mejoría durante el tercer trimestre de este año, al comparar los datos reportados para 2024, la desaceleración es bastante notoria:
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Segundo trimestre de 2024: 16.639 millones de dólares, alcanzando el punto más alto de ese año.
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Cuarto trimestre de 2024:15.859 millones de dólares, es decir, así cerró el año en materia de remesas en México.
El dinero que ayudó a salir adelante hoy empieza a faltar
Para dimensionar por qué son importantes los dineros enviados por inmigrantes desde EE. UU, especialmente hacia México, y ponerles un rostro humano a estos números, revisemos un estudio de 2025 del BBVA Research, que reveló:
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En 2024, 1.1 millones de personas en México se mantuvieron fuera de la pobreza gracias a las remesas.
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Sin ese dinero, la población en pobreza habría pasado de 38,5 millones a 39,6 millones de personas.
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En pobreza extrema, las remesas evitaron que casi 500 mil personas cayeran en condiciones críticas.
Y aunque a nivel nacional este ingreso ha mostrado una caída, el BBVA Research reportó que algunos estados del Centro y Sur del país han registrado aumentos en la recepción de dinero durante los primeros nueve meses de 2025. Entre ellos están Chiapas, con un crecimiento de 1.2 %; Oaxaca, con 2 %; Puebla, con 1.9 %; Guerrero, con un aumento destacado de 4.2 %; Veracruz, con 0.9 %; y Morelos, con 1.3 %.
Según el estudio, esto podría explicarse porque en estas zonas la migración es más reciente y muchos de quienes envían dinero son más jóvenes, también es posible que aún no se vean tan afectados por las políticas migratorias en Estados Unidos, o que simplemente no tengan la opción de dejar de trabajar ni de enviar dinero a sus familias en México.
El mensaje que deja los datos es claro: las remesas ya no crecen como antes y eso se empieza a sentir en los hogares pues, para muchas familias, este dinero no es un ingreso extra, es lo que permite comer, estudiar y atender la salud. El reto ahora es entender que mientras el envío de dinero se debilita, miles de hogares quedan más expuestos a la incertidumbre.