¿Podría perder mi residencia permanente si me divorcio de mi esposo?

Una de las preguntas más frecuentes que recibo es, ¿qué pasaría con la residencia permanente en caso de un divorcio? 

Si eres residente legal permanente, y conseguiste el arreglo a través de tu cónyuge, entonces este apartado puede ser de tu interés. 

Aunque haya numerosos caminos para forjar el camino a la residencia, la petición por medio de un matrimonio es una de las más solicitadas. 

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¿Qué sucede si te divorcias de tu esposo? 

Si quieres aplicar a la residencia permanente, y tu cónyuge es ciudadano, es posible que tengas dificultades para seguir el proceso en caso de un divorcio. 

Incluso puedes correr el riesgo de ser deportado, si no encuentras alguna vía que te permita extender tu estancia en el país. 

Sin embargo, existe la posibilidad de mantener el proceso a pesar del divorcio, si cumples con determinadas condiciones. 

¿Qué condiciones se necesitan cumplir para mantener la residencia permanente? 

En primera instancia, las autoridades migratorias revisarán si su matrimonio se llevó a cabo de buena fe y hay manera de demostrarlo.  

Algunas de las cosas que serán revisadas son las propiedades en conjunto, los impuestos pagos y si la pareja vivió en la misma residencia. 

Por otra parte, si la pareja inmigrante tiene forma de demostrar que pasaría una dificultad extrema al volver a su país de origen, podría evitar la deportación. 

Asimismo, si fue víctima de abuso doméstico, puede apelar a la protección de las autoridades migratorias. 

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¿Qué pasa si el divorcio ocurre cuando ya tienes la residencia? 

Si te divorcias de tu cónyuge ciudadano, pero ya eres residente, entonces no hay riesgo de deportación. 

No obstante, el proceso de ciudadanía podría ser un poco más demorado unos años después. En efecto, contar con el respaldo de un esposo ciudadano, aunque no es indispensable, puede ser favorecedor. 

¿Conoces a alguien que pueda servirle esta información? Compártela, te lo agradecerán.    

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